Corría el año
1924 cuando Boca, luego de haber jugado como local en diferentes campos de
juego cuyos terrenos alquilaba, se estableció definitivamente en el predio que
posee en la actualidad ubicado entre las calles Brandsen, Del Crucero (ahora
Del Valle Iberlucea), Aristóbulo del Valle y las vías del tren. El estadio
era típico de la época, de estilo inglés. Es decir, mucha madera, columnas
altas y finas, y techado en el Sector de Honor. En 1931 se decidió comprar los
21.471 metros cuadrados de dicho terreno a 2.200.000 pesos de aquellos tiempos.
Sin embargo, pocos años después, el presidente del Club Camilo Cichero creó
una Comisión Pro Estadio y le asignó al Ingeniero José Luis Delpini la
dirección de la obra para tener, por primera vez, una cancha de cemento con
capacidad para 100.000 personas. El 18 de febrero de 1938 se colocó la piedra
fundamental, que en la actualidad se encuentra en exhibición en el Museo de la Pasión Xeneize , y
el 30 de agosto de ese mismo año empezó la construcción del nuevo estadio.
El sábado 25 de
mayo de 1940, Buenos Aires amaneció a pleno sol. Esa tarde, Boca iba a recibir
a San Lorenzo en un partido amistoso que serviría para presentar la nueva casa
Xeneize: La
Bombonera. Dos bandejas en la platea y en la tribuna
que da al Riachuelo, y una en la que da a lo que hoy es la Casa Amarilla , más
el piso en donde se encontraban los palcos, le dieron forma al templo del
barrio de La Boca. El sueño
de la casa propia con estructura de cemento pasaba a ser una realidad. Tras una
emotiva ceremonia, Boca derrotó por dos a cero a su invitado y Ricardo Alarcón,
a los 12 minutos del primer tiempo, quedó en la historia por haber convertido
el primer gol en nuestro estadio. Y fue él, también, quien el 2 de junio señaló
la primera conquista oficial cuando los xeneizes se impusieron a Newell's con
el mismo marcador.
Las obras
continuaron y el 16 de noviembre de 1941 se inauguró la segunda bandeja en la
tribuna que hoy lleva el nombre de Natalio Pescia (en homenaje al gran jugador
de las décadas del cuarenta y cincuenta), y entre 1951 y 1953 se construyó todo
el tercer piso del estadio y se instaló el sistema de iluminación artificial.
La capacidad total llegaba a los sesenta mil espectadores, bastante menos de
los cien mil proyectados originalmente, pero con mucho lugar para la
irrefrenable pasión del fiel seguidor boquense.
Hubo que esperar
cuarenta y tres años para una nueva modificación. El 5 de mayo de 1996, y bajo
la presidencia del Ingeniero Mauricio Macri, se cerró el paso de una tribuna
social a la otra (en el anillo inferior) para darle lugar a un nuevo sector con
asientos a lo largo del campo de juego, y se inauguraron las plateas preferenciales
en donde antes estaban los viejos palcos amarillos. Además, comenzó la
construcción de los Palcos Vip, que en la semana previa se habían subastado.
Dos de ellos fueron comprados por Carlos Bilardo y por Diego Maradona,
entrenador y capitán respectivamente, del primer equipo de fútbol profesional
en aquel entonces. Los mismos fueron inaugurados el 1° de agosto de ese año en
un amistoso contra la Universidad Católica de Chile. También, se
convocó a los artistas plásticos Pérez Célis y Romulo Macció para la
realización de varios murales que quedaron inmortalizados en la fachada externa
que da sobre esos Palcos. Para la conmemoración del Xentenario, al mejor estilo
Hollywood, las 100 mayores glorias xeneizes dejaron la marca de sus pies sobre
la vereda de la calle Brandsen.
Han pasado muchos
años y muchos jugadores por el césped de La Bombonera. Por sus
tribunas se sucedieron no menos de tres generaciones de feligreses boquenses.
Una mística ganada en muy buena ley, tanto que los turistas que vienen a Buenos
Aires no se van sin antes conocer nuestro estadio. La Bombonera no
tiembla, late. Late al compás de los corazones azul y oro que todos los
domingos sufren, ríen y lloran por esa pasión inigualable.
FUENTE: www.bocajuniors.com.ar